domingo, 1 de noviembre de 2015

Placeres Culpables-Tributo A "Más" Por Oscar García Blesa / Parte 2 Con Audio De Corazón Partío

Placeres culpables: “Más”, de Alejandro Sanz II


Alejandro Sanz compuso las canciones de “Más” encerrado en el interior de su habitación veinticuatro horas al día durante semanas. Su carrera se había edificado de manera sensata desde las canciones de “Si tú me miras” y “3” y para ‘Más’ volvió hasta Italia para grabar el álbum con Emanuelle Ruffinengo como productor en los estudios Excalibur de Milán. El resultado era una eficacísima colección de canciones atrayentes como el imán, una producción con regusto a-la-italiana que mejoraba el camino marcado por su anterior trabajo y trazaba las líneas maestras de la marca personal del artista que culminarían en las canciones de “El alma al aire”, el punto final de la trilogía Ruffinengo. Grabado casi en su totalidad por músicos italianos, incluye la guitarra de Vicente Amigo, y de sus diez canciones siete fueron lanzadas como sencillos: ‘Y, ¿si fuera ella?’, ‘Corazón partío’, ‘Amiga mía’, ‘Aquello que me diste’, ‘Si hay Dios’, ‘Siempre es de noche’ y ‘La margarita dijo no’, completando un batallón de éxitos pop sin precedentes en la música española.

Una vez finalizada la grabación de “Más”, a principios del verano del 97 Alejandro inició la ronda promocional, como marcan los tiempos, por la prensa. Comenzamos la promoción con cierta tibieza por parte de los medios en un hotel de Arturo Soria. A pesar de ser un artista con unas ventas sensacionales por entonces, los medios escritos seguían relegando a Sanz al nicho del fenómeno fan y cantante para chicas. Sí, hoy puede parecer extraño, pero en junio de 1997 los únicos medios verdaderamente excitados cada vez que yo pronunciaba la palabra “Sanz” eran Súper Pop y Bravo.

Como decía, los medios (me refiero solo a la prensa escrita, la radio había caído rendida al talento de Sanz hacía mucho tiempo) ninguneaban reiteradamente cualquier presencia seria del artista en sus páginas. Pero si de algo estaba verdaderamente convencido Alejandro era del poder de sus canciones, y en el camino era un hombre muy paciente. Las ventas del disco con ‘Y, ¿si fuera ella?’ eran en otoño deslumbrantes, pero nadie imaginaba lo que estaba por venir. Justo a la vuelta de la esquina la publicación del segundo sencillo, ‘Corazón partío’, desató el ciclón de ventas más memorable de la música española moderna y el ninguneo se volvió admiración como por arte de magia. La mezcla de son, tumbao, el toque flamenco, la luminosidad pop y la universalidad de lo latino convirtieron a ‘Corazón partío’ en un himno a los dos lados del Atlántico, una canción de la que materialmente era imposible escapar, poderosa y audaz y de una exquisita brillantez en todas y cada una de sus partes, un hallazgo que combinó calidad y comercialidad de una forma irrepetible.


 
 

Como decía, la paciencia y el talento de Alejandro me regaló una experiencia profesional verdaderamente placentera y la oportunidad por fin de recibir el asedio de todos los medios implorando por su porción. La repercusión global del ‘Corazón partío’ retrató hasta el ridículo la obtusa posición que había mantenido hasta la fecha una gran parte de la prensa, que esclavos de su propio prejuicio snob no pudo más que claudicar ante el evidente clamor popular. Después de la tormenta llegó la calma y aquel sabroso tumbao hizo imposible que los medios serios siguieran dando la espalda al madrileño. El hito de todo aquello seguramente llegó cuando viajamos hasta México con El País de las tentaciones, estandarte de la modernidad y lo recool para su reportaje de portada. Una vez que los modernos habían dado el visto bueno y confirmaban sacando pecho que Alejandro Sanz molaba, todo lo demás vino rodado, durante los siguientes seis meses no recuerdo un solo suplemento que no sacara a Alejandro en portada, una imponente presencia mediática tratándose de un artista de fans, ya saben.

Aquí ya no se trataba de si gustaba más o menos, de si aquellas canciones eran para chicas, bomberos o para obreros de la construcción, ‘Corazón partío’ era un fenómeno social que lo arrasó todo. No se han cumplido ni veinte años pero resulta difícil comparar hoy la marea que provocó entonces aquella canción. Sí, ya sé que son otros tiempos, pero piensen que “1989” de Taylor Swift fue el disco más vendido en 2014 con poco más de 3 millones de copias despachadas en todo el mundo. Solo en España, “Más” vendió 2,2 millones de discos de un total de seis en todo el planeta. Si lo circunscriben exclusivamente a España, imaginen el artista español que quieran, ese que está en boca de todos, multiplíquenlo por diez y aun así no le haría sombra al ‘Corazón partío’ y al resto de canciones de este disco. Por mucho que los tiempos hayan cambiado a uno le entra tiritera solo escribiendo las cifras.

sigue....

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